12 de mayo de 2017

AutiFlash: Tierra de Campos: zona cero de la sequía


El 80% de la superficie del eje Palencia-Villalón de Campos se quedará sin cosechar, principalmente los cereales, algo desconocido en casi tres décadas.





Fernando Vargas cruza una cuneta desde la carretera. Da una patada a la tierra y la remueve. “¡Mira cómo está esto. No ve el agua desde hace meses!”, exclama. De cuclillas, arranca una planta de veza que no levanta más de diez centímetros del suelo. “¿Tú crees que merece la pena traer aquí a la cosechadora? Es otro gasto más para no recoger nada”, desliza. Agricultor de Autillo de Campos, en Palencia, recuerda que hace más de un año que no llueve en condiciones y así es imposible poder ganar algo al secano. La localidad se encuentra en el eje Palencia-Villalón de Campos, una zona pura de Tierra de Campos donde el 80 por ciento de la superficie se quedará sin recoger este año, principalmente cereales, como la cebada. La situación es catastrófica, desastrosa y desconocida para muchos jóvenes, pues esta sequía no tocaba Castilla y León desde hace casi tres décadas.

“Este año como ninguno. El campo va a quedar para el ganado”, asegura Vargas, mientras insiste con la planta de la veza. “Cuando sale la flor, como ahora, olvídate de que crezca más. Ahí no baja el peine de la cosechadora”, sentencia. Otear el horizonte es hacerse eco de las lamentaciones de los profesionales agrarios de esta zona, y en general de todo el secano de la Comunidad. Parcelas llenas de calvas a las que la ausencia de humedad les prohibió la nascencia o cebadas ya espigadas casi al ras del suelo son protagonistas desde la carretera que va a Frechilla.

Junto al río Valdeginate se aprecian gravemente afectadas las alfalfas, con “cuatro hojas”, ironiza. “Otros años, en el primer corte se obtenían 3.500 kilos. Este año no se llega a 400”, lamenta Carlos Castro quien, también agricultor, escucha la conversación. “Si el tiempo no acompaña, no hay modo, ni para cereal, ni ajos, ni guisantes...”, espeta. Vargas toma la palabra y avanza que aunque “llueva ahora, ya no soluciona nada”, únicamente la siembra del girasol, que se desarrolla hasta San Isidro y para el que aún hay “esperanza”, pero para el que “hay que hacer números”.

Opina que muchos de los que apuesten todavía por las “pipas” lo harán por “compromisos” para las ayudas medioambientales, planes de mejora o la PAC. En el caso de la cebada, “lo que peor pinta tiene”, supone unos gastos en insumos que rondan los 400 euros por hectárea, entre semilla, combustible, mineral…, cuando los beneficios pueden situarse en torno a 600 euros. La veza y la alfalfa tienen un coste de alrededor de 200 euros por hectárea.

Los agricultores de secano de este eje confían en los seguros con la cobertura de sequía. “Un año como este, si no tienes seguro, te puede arruinar”, augura Vargas. Coincide en ello Carlos Castro, quien señala que además se suman “los topillos” en esta zona. Junto al Canal de Castilla, del que varios agricultores toman agua para abastecer unas 250 hectáreas de regadío de la localidad, Vargas confiesa que en esta localidad, y en otras tres cercanas, se planteó hace casi 20 años el proyecto Sector 5 para la modernización, pero el pueblo, de 125 censados, “se opuso”.

Regadío tardío

Javier Díez, profesional de la cercana localidad de Fuentes de Nava, señala que una cebada de regadío puede producir unos 6.000 kilos por hectárea. “Este año nos quedaremos en la mitad”, informa preocupado. Culpa a la tardanza de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para conceder el agua a esta zona, a través del trasvase de Riaño. “Si al final nos iban a dar el agua, nos la tenían que haber dado 15 o 20 días antes”, reprocha.

Díez sostiene que les han consignado 5.000 litros por hectárea, “pero ha llegado tarde”. Han empezado a regar hace dos lunes, “cuando se podía haber empezado antes”. Así, mientras en el secano el problema es la falta de agua, en el regadío ha sido el retraso en los riegos. En la cuenca del Carrión, con los embalses al 30 por ciento -la mitad que la media de los últimos diez años-, se terminan los riegos el 1 de mayo. “Aquí de momento tenemos de Riaño, pero también tenemos mucha incertidumbre de lo que pasará dentro de 15 días”, lamenta.

El agricultor de Tierra de Campos este año mira a los seguros. Si es secano, cuenta con la cobertura de sequía todo aquel que la haya contratado. Pero si es regadío, ese concepto “no existe”. Ocurre, por ejemplo, con el trigo, que con un par de riegos “llega a 30 centímetros de altura, cuando debería llegar a la cintura”.

Javier Díez señala que esta situación afecta también a varias empresas del entorno, como las plantas de semillas, mineral o las deshidratadoras de alfalfa, que además emplean a jóvenes de la zona. Por su fuera poco, prosigue, las heladas de los últimos días han afectado a las espigas del cereal de regadío también.

Las lagunas se salvan

Hasta el momento, las Lagunas de La Nava, en la cercana ‘Mar de Campos’, se salvan de esta sequía al contar con algo de agua estable. Ello permite poder encontrarse visitantes, muchos de ellos de nacionalidad inglesa, en busca de aves que no encuentran en su país de origen. Garzas, patos y tarros blancos que riegan con sus patas las zonas próximas a la laguna, cigüeñas, abubillas o lavanderas boyeras, paseriformes que con su plumaje amarillo de esta época dan colorido al adentrarse por las sendas de estas lagunas, incluidas en la Red Natura 2000.

La sequía podría también afectar a este tesoro que posee Castilla y León en este eje tan afectado por la falta de agua. De momento, las lluvias de este fin de semana alivian en parte su situación, pero no así la de los agricultores de secano, que ven como 2017 pasará a la historia como uno de los más negros de la agricultura regional.