Más de 800 años de presencia de la Virgen del Castillo en Autillo
En la segunda capilla del lado de la epístola, está el retablo más antiguo de la iglesia. Es de estilo renacentista y su decoración es plateresca. El término plateresco recuerda el trabajo de los plateros. La ornamentación propia que utilizaban los orfebres o plateros en su oficio se llevó a la arquitectura y a otras manifestaciones artísticas. La fecha de construcción del retablo se puede fijar entre 1520 y 1560.
El conjunto está compuesto por banco, dos cuerpos de tres calles cada uno y ático. La calle central del primer cuerpo alberga la talla de bulto redondo de la Virgen María con el Niño. Es la famosa imagen de Nuestra Señora del Castillo, patrona del pueblo. El resto de las calles están ocupadas por escenas pictóricas. Unas están dedicadas a la vida de la Virgen María: en el primer cuerpo, la Anunciación y la Coronación de la Virgen; en el segundo cuerpo, el Nacimiento de Jesús y la Visitación de María a su prima santa Isabel. Hay otras dos pinturas: la Predicación de Juan el Bautista ante el rey Herodes y en el ático, el Calvario. La calle central es algo más ancha que las laterales y en ella está la Virgen del Castillo en el primer cuerpo, la Predicación de Juan el Bautista ante el rey Herodes en el segundo cuerpo y en la parte superior, el Calvario.
El Calvario ocupa la culminación del retablo. La mayoría de los retablos de esta época representan este tema. Como símbolo de la Redención se coloca en un lugar bien visible. Los temas marianos se sitúan debajo del Calvario para indicar la colaboración de la Virgen María a la obra del Salvador. Por último, en el triangulo superior, remata el programa iconográfico del retablo el rostro del Padre Eterno.
Un adorno destacado es la columna abalaustrada. Este tipo de soporte se usó especialmente en el plateresco, donde era más un elemento ornamental que funcional. En este altar, las columnas abalaustradas enmarcan a todas las figuras que aparecen.
Otro aderezo son los querubines que están representados con una cabeza infantil con dos alas. En los laterales del ático hay cuatro pequeños angelitos que escalan hacia lo más alto. Además, encontramos otros motivos decorativos como calaveras, abundante vegetación, frutos, etc.
En las franjas laterales hay una ornamentación muy típica del plateresco. La mezcla de elementos vegetales con piezas parecidas a candelabros determinó el nombre a candelieri con que se conoce este tipo de decoración en la historia del arte. Candelieri es un término italiano que significa candelabro.
En este altar recibe culto Nuestra Señora del Castillo. La Virgen, por su condición de reina, está sentada sobre un trono muy sencillo y liso. Sobre su cabeza porta el atributo real de la corona. Su rostro es de facciones serenas, con ojos bien dibujados y boca que esboza una sonrisa. Su cara está descubierta y se puede ver todo el rostro. Sus cabellos morenos no están ocultos bajo un velo o una toca. Aunque la imagen está coronada, se observa su cabellera y su pelo liso caer sobre los hombros.
La indumentaria es sencilla, siguiendo el modelo clásico. Va ataviada con túnica y manto policromados con un baño de pan de oro. La túnica tiene cuello redondo. El manto, colocado sobre la túnica, no se sujeta al cuello con un broche.
Los pies se cubren con un calzado puntiagudo que sigue la moda contemporánea, pero que a lo largo de los siglos permanecerá inalterado. Los pies descansan sobre un escabel (taburete pequeño, tarima pequeña). Los zapatos están pintados en color negro.
La actitud de las manos sigue las pautas comunes. En la mano derecha, lleva una manzana. Con la izquierda, sostiene al Niño lateralmente de un modo muy rígido, sin apenas articular los dedos.
El Niño Jesús, sentado sobre el regazo de su Madre, aparece totalmente frontal, pero rompe el eje vertical de la imagen al situarse en su rodilla izquierda manteniendo los pies paralelos. Jesús está ubicado en la parte izquierda de su madre, pero mirando al frente. Su rostro es solemne y serio. Su carácter infantil es mitigado por unos rasgos propios de una persona de mayor edad. Sobre su cabeza lleva una corona de rey pequeña y sencilla. Sus cabellos son morenos como los de la Madre y su peinado liso le llega hasta los hombros.
Su indumentaria es similar a la de la Virgen. La túnica y el manto están policromados con un baño de pan de oro. El cuello de la túnica es redondo. Sus pies colgantes están descalzos, pues no debe guardar recato como María.
En cuanto a la postura de las manos, está en actitud de bendecir con la mano derecha, como indican los dedos índice y corazón que los tiene alzados al cielo. Con su mano izquierda, sostiene por la parte inferior un libro cerrado.
La Virgen del Castillo fue modelada a principios del siglo XIII, poco antes de la transición del románico al gótico. En esta etapa final del estilo románico se suavizan los rasgos y actitudes de las figuras, aunque aún conservan el hieratismo de su frontalidad. Es una imagen devocional cuya composición e iconografía corresponde a la espiritualidad del siglo XIII. Es de autor anónimo.
La Virgen del Castillo es una imagen muy emotiva para los naturales de Autillo. Lleva entre nosotros más de 800 años. Desde pequeños, se nos inculcó la fe a esta advocación mariana. A ella acudimos en nuestras necesidades. Ella es nuestra protectora, escucha nuestras súplicas y nos da esperanza. Por eso, los autillanos sentimos un gran amor hacia nuestra patrona, la Virgen del Castillo.
(Nota del blog: Jesús Manuel Gutiérrez Pérez ( Nombrado "Hijo Predilecto" de Autillo de Campos en 2022) es religioso sacerdote agustino. Tras terminar los estudios de Filosofía y Teología de la carrera eclesiástica, se licenció en Geografía e Historia en la Universidad de Sevilla. Ha desempeñado su labor docente y pastoral en varias casas que su congregación tiene en España (Palencia, Santander, Cádiz y Sevilla en la actualidad).
Un “Hijo Predilecto de Autillo”, sacerdote agustino nos descubre los más de 800 años de presencia de la Virgen del Castillo en Autillo, y que su retablo de estilo renacentista y decoración plateresca es el más antiguo de la imponente iglesia de Santa Eufemia. Como siempre, Jesús Manuel Gutiérrez Pérez, describe a la perfección lo que nos enseña a través de las fotografías, o que hemos visto in situ en la iglesia, y nos ha causado admiración este retablo, dedicado a la patrona del pueblo, sin saber su composición. Recibo con este trabajo una lección de arte, por parte de quien sabe tanto de esta iglesia y de la historia de Autillo, y como conozco el retablo, después de tan extraordinaria descripción, aún lo admiro más.
ResponderEliminarAdmiro a la Virgen del Castillo, románica del siglo XIII, me gusta la talla y la comunicación de la Madre con su hijo, que normalmente no se perciben en estas obras románicas, aunque sean tan avanzadas. Su rostro es joven y atractivo, el Niño en cambio no parece tan comunicativo por su seriedad y parecer mayor. Me encantan las coronas, la indumentaria y su policromía. Excelente retablo y talla.
Magnífica explicación con todo lujo de detalles,de todo el retablo y de ka Virgen del Castillo, un gran artículo sin duda alguna de Jesús Manuel Gutiérrez, sacerdote Agustino, Muchas gracias Manuel por este estupenda descripción. Saludos.Bernardo Santos.
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