1 de septiembre de 2018

Inma Hernandez Castro Girona: Parada en Tierra de Campos






Queridos autillanos;

Siempre que escuché en casa nombrar a Autillo de Campos fue como lugar de origen y de referencia de mi bisabuelo Alberto Castro Girona.

Fue el pasado mes de julio cuando por fin, después de varios meses siguiendo en paralelo su historia y vuestro blog, me decidí por pasar unos días de vacaciones lejos de mis rutas habituales, incluyendo vuestro pueblo como parada obligada en mi recorrido por Castilla León.

Propuse la idea a mi gran amiga Raquel que la aceptó sin dudarlo. Ahora las dos pensamos que fue todo un acierto.

Preciosa tierra, increíbles pueblos y ciudades, llenos de buena gente.

Enseguida Marcial, muy amablemente desde Granada, me puso en la pista de vuestro alcalde y con la ayuda de Marga pude localizarle. No hicieron falta más de cinco minutos de charla con Ángel para tener acordado día y hora para encontrarnos.

En torno a ese día planificamos nuestras vacaciones, esa era la cita ineludible, lo demás tendría que adaptarse y allá que nos fuimos.

Desde Ampudia y pasando antes por Fuentes de Nava, con la parada de rigor en la avenida“más chula” de Palencia, enseguida vimos la estampa de Autillo y no nos resistimos a inmortalizarla, ¡qué bonita vista en medio de ese campo infinito………..!







No tardamos nada en encontrar a Ángel que rápidamente se puso manos a la obra, para enseñarnos Autillo y presentarnos a todos los vecinos que estaban en la plaza y a todos los que poco a poco fueron apareciendo.

A la Señora Dolores no nos la encontramos, la fuimos a buscar a su casa y en cuanto su hija Carmen le avisó, ella apareció rápidamente a saludarnos, alegre, cariñosa y llena de energía.


                                    

Su abuelo Gregorio fue un gran amigo de Castro Girona y en esa misma casa compartieron historias, charlas y vivencias, manteniendo su amistad a través de los años, que cómo sería que ha llegado hasta hoy, cuando es Dolores quien me lo cuenta después de tanto tanto tiempo…..

No podíamos entretenernos más, Dolores debía abrir la iglesia para la misa y antes Ángel y ella nos querían enseñar el templo imponente con todos sus tesoros y curiosidades custodiados con tanto cariño.

Tras el paso indispensable por el bar de Autillo tuvimos la oportunidad de conocer a Julio, a Jesús y Sonia, que nos acompañaron el resto de la visita con sus paradas obligadas, que nos permitieron conocer la importancia de Autillo en la historia de Castilla y cómo gracias al empeño de sus vecinos esa historia se mantiene viva y se da a conocer.

Con ellos también recorrimos las calles del pueblo y Jesús y Sonia generosamente, nos abrieron las puertas de su casa, la misma en donde estuvo la del general y cuya calle, hoy de La Ronda, llevó un día su nombre.


             
Por unos minutos pude imaginar cómo el tiempo retrocedía y me acercaba a mis familiares, a mi bisabuelo, a su padre Leonardo y a sus abuelos Rita y Leonardo, todos ellos autillanos que probablemente estuvieron es ese mismo lugar hace casi dos siglos.

Ahora entiendo mejor el cariño del general por este pueblo, que aquí encontrara su hogar, su gente y que a Autillo retornara siempre para descansar y sentirse como uno más entre sus paisanos.

Gracias a todos por este regalo, por vuestra memoria, vuestro tiempo y simpatía. Me llevo un pedazo de Autillo conmigo.





Espero volver a veros allí o en Zaragoza, la Pilarica y yo os esperaremos siempre con los brazos abiertos.


Hasta siempre.



Inma Hernández Castro-Girona
Julio 2018