9 de julio de 2012

Recuerdos Autillanos



Foto: Julio Prieto



Los mejores recuerdos desde mi primera infancia hasta los 16 o 17 años están entre las calles y casas de éste pueblo, en los largos y calurosos veranos que allí pasé. Son muchos y se amontonan, pero recuerdo especialmente el calor intenso del verano, la compra de zapatillas nuevas cada verano (tipo Victoria) en Frechilla por parte de mi abuela al día siguiente de llegar, el cambiarnos de ato por la tarde después de la siesta, el arreglar los pinchazos de la bicicleta, el carro tirado por una mula del vendedor de frutas y verduras (Gito), las largas y obligatorias siestas, escuchar discos de Supertramp y Police en el tocadiscos a 33 r.p.m., ir a coger ranas en el cañibú, disparar con la carabina de aire comprimido, ir a cazar pájaros con linternas por la noche, ir con la lechera a por la leche recién ordeñada a casa del tío Simón, trillar el trigo con mulas, las primeras beldadoras mecánicas, barrer la era, cargar sacos de trigo hasta el granero, la tienda de "la Vitorina" donde comprábamos chicles cheiw o bazoka, el dar de comer a los conejos y limpiar las hediondas conejeras, encontrar los huevos que ponían las gallinas entre la paja, el ir a quitar cuscuta de la alfalfa con mi abuela, el jugar a la cerilla, a las prendas, a la botella, ir al cementerio y contar historias de miedo, las meriendas de pandilla en el campo con huevos rellenos y tortillas de patata, el primer enamoramiento, comer pipas, muchas pipas, el jurar amistad eterna y quedar en vernos en el año 2000, la peña, ir a las fiestas de los pueblos vecinos en bicicleta, las cachaveras en las fiestas, la misa de los domingos (con ropa "de domingos") con Felisín a la guitarra y la barra de helado de vainilla al corte para mi abuela, el comer a las 3,30 los domingos, el ruido de la polea al sacar agua del pozo para poner a refrescar las bebidas, meter los melones en el granero entre el trigo o la cebada para que se conservaran frescos, las almendras garrapiñadas, los guateques en la peña, bailar las lentas al ritmo del 'Soy rebelde' de Cecilia, mis primos, las visitas a mis abuelos paternos en Palencia y las excursiones al "Sotillo", despertarme por la mañana al oir el chocar de los cascos de los caballos de los repartidores de gaseosa contra los adoquines de la Calle Colón 28 de Palencia, los baños en el canal (respetando las 2 horas para hacer la digestión), protegerte del sol con crema Nivea, andar 8 kms en bici para ir a la piscina de Villarramiel y luego volver, la visita al "pueblo abandonado" (Abarca), la primera moto, el final del verano, las cartas (con sobre, sello y remitente)...